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Susana Mosca -

Investigadora cardiovascular

destacada Susana Mosca
"Si estoy con un experimento no lo puedo dejar es como tener un paciente"

Es docente e investigadora de larga trayectoria. Estudia los mecanismos intracelulares de diferentes drogas e intervenciones utilizadas para prevenir los infartos o atenuar sus consecuencias. Sus últimas investigaciones buscan fuentes de nuevas medicinas para prevenir las enfermedades cardiovasculares en productos naturales de origen vegetal consumidos por la población.

Hace 48 años que Susana pasa la mayor parte del día en un laboratorio para estudiar e investigar el corazón. La sede es el Centro de Investigaciones Cardiovasculares ¨Dr. Horacio E. Cingolani, dependiente del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (CONICET) y de la Universidad Nacional de La Plata. A lo largo de este periodo, ha publicado cientos de trabajos en las revistas científicas más prestigiosas, recibió numerosos premios y distinciones. También es profesora universitaria y realiza acompañamiento y tutorías de becarios.

“Aquí estudiamos todo lo que le pasa al corazón en relación con las enfermedades cardiovasculares, que es la primera causa de muerte en todo el mundo”. Como explica, son importantes los avances de comprensión de esas enfermedades, incluso en relación al perfil de los enfermos. “Antes se decía que el hombre estaba más expuesto a los problemas de infartos y que las mujeres estábamos protegidas por los estrógenos: ahora sabemos que las afecciones cardiovasculares están influidas por hábitos como el estrés, fumar o la vida sedentaria, es decir que frente a otras condiciones, los estrógenos ya no son muy protectores”, indica.

Durante los últimos diez años se dedicó a experimentar con productos naturales consumidos por la gente, por ejemplo, la yerba mate, el vino y los frutos rojos. Todo empezó cuando se enteró que un colega había probado que el extracto de yerba mate mejoraba la respuesta inmunitaria. “Me pregunté qué acciones tendría a nivel cardiovascular este producto tan consumido por los argentinos, entonces se lo administré a un corazón de rata y obtuvimos una disminución del infarto muy importante”, cuenta Susana. Los datos de esta investigación ya fueron expuestos en un congreso internacional.

Explica que los compuestos de los productos naturales pueden ayudar a prevenir enfermedades. También probaron que los arándanos y el cacao producen reducción de infarto. Todas estas investigaciones llevan a una conclusión, casi de sentido común: “Si uno tiene una buena dieta con una cantidad adecuada de vegetales y frutas de estación, como señalan las pirámides nutricionales - que no se cumplen por diferentes razones- se cubriría lo necesario para tener un corazón más sano”, subraya.

Las jornadas laborales de Susana le insumen mucho tiempo de escritura y recolección de datos más que tareas del laboratorio. Conduce a un grupo de investigadores que hacen los experimentos. “Pero siempre me gusta meterme, apenas veo un corazón con el que experimentan y ya me doy cuenta si van bien o no”, dice. También pasa muchas horas leyendo trabajos científicos en revistas de publicación periódica, evaluando trabajos de tesis de los becarios y alumnos bajo su tutoría, y dando clases.

Susana recuerda que sus primeros experimentos los hizo en corazones de perros o conejos. Hoy está prohibido y se utilizan corazones de ratas que son criadas para el trabajo de laboratorio. Dice apenada que “no me gustaba para nada aquella práctica porque adoro a los perros”, pero aclara que siempre trabajó respetando que los animales no sufrieran. Cuenta, además, que actualmente las revistas científicas exigen para publicar un trabajo, que se especifiquen los signos que demuestran que las ratas usadas no sienten dolor.

Aburrimiento no entra en el vocabulario de esa científica al describir su trabajo. “Es pura vocación” define. Otra de las máximas que aplica es la de ser leal a los resultados que den los experimentos, aunque a veces es frustrante no llegar a lo que se esperaba. Susana ha recibido importantes menciones por sus investigaciones pero la pasión que conserva por su tarea es el mayor premio –dice- y lo resume así de simple: “me gusta el laboratorio, interpretar datos y publicar trabajos”.