Rosa es profesora nacional de educación física y licenciada en gerontología, su trayectoria se ha centrado en el bienestar y la salud de las personas mayores. Cuenta con una sólida formación académica que incluye una especialización en medicina del ejercicio y salud, además es instructora de Hatha yoga y danza terapeuta. Rosa ha dedicado su vida profesional a promover un envejecimiento activo y saludable.
Desde chica mostró una inclinación natural hacia el deporte y la actividad física, lo que la llevó a estudiar en el Instituto Nacional de Educación Física, ubicado en el CeNARD. Allí, no solo adquirió conocimientos fundamentales, sino que también forjó amistades que perduran hasta hoy. Su pasión por la salud y el bienestar se hizo evidente durante su formación, donde optó por materias relacionadas con el trabajo con personas mayores y con discapacidad.
A lo largo de su carrera, Rosa ha trabajado en diversos entornos, comenzando en un gimnasio en Caballito, donde durante 17 años se dedicó a impartir clases que rápidamente se llenaron de personas de mediana edad y mayores, muchas de las cuales enfrentaban desafíos de salud. Esta experiencia la impulsó a continuar su formación, realizando un posgrado en Medicina del ejercicio y salud en el Hospital Italiano de Buenos Aires, enriqueciendo su enfoque profesional.
Tras la llegada de sus dos hijos, Rosa decidió abrir su propio gimnasio, un espacio íntimo diseñado para grupos reducidos, donde implementó su primer programa de ejercicio físico y salud: "Activa y Saludable". Este proyecto se convirtió en un refugio para personas mayores y de mediana edad que buscaban mejorar su calidad de vida a través del ejercicio.
Consciente de la creciente demanda de atención especializada para este grupo etario, Rosa se embarcó en una nueva etapa de formación, obteniendo su licenciatura en gerontología en la Universidad Maimónides en 2017. Su compromiso con el bienestar de las personas mayores la ha llevado a realizar múltiples cursos y diplomaturas, consolidando su rol como referente en la actividad física adaptada y el envejecimiento saludable.
También se desempeñó en el Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, coordinando programas de actividad física y deportes para personas mayores en la Secretaría de Deportes. En paralelo, comenzó a trabajar en la Fundación Ledor Vador, donde brinda actividad física y recreación a personas institucionalizadas en su hogar, abarcando todos los niveles de dependencia, tanto física como mental. En esta fundación, coordina proyectos recreativos y celebraciones, destacándose el desarrollo de un programa interinstitucional con el Club Náutico Hacoaj llamado Bitnuah. Este programa, comunitario de actividad física para personas mayores de 60 años, no solo se centra en el ejercicio físico, sino que también aborda la importancia de los vínculos sociales.
Actualmente, Rosa coordina el programa Bienestar en la Fundación Azikna, un centro de diagnóstico y rehabilitación que ofrece un proyecto integral de actividad física y salud para personas de mediana edad y mayores. Además, imparte charlas y talleres en la Universidad Tecnológica Nacional y es docente en el área académica del Hogar Ledor Vador.
¿Hace unos 10 años, aproximadamente, cuando te comenzaste a especializar en temas de envejecimiento saludable, se hablaba de eso como se habla ahora?
Ya se venía hablando pero no tenía tanto impacto como tiene ahora. La Gerontología es una carrera que tiene varios años pero no es tan conocida. En este momento o hace un par de años, tiene mucha más visibilidad, tiene más impacto. Y se habla del envejecimiento saludable o mejor dicho: longevidad saludable, porque muchas personas asocian la palabra envejecimiento con algo deficitario.
¿Por qué hay prejuicios con la palabra envejecimiento?
El envejecimiento es un proceso natural, totalmente natural y no tiene que ver con un proceso patológico. Todas las personas envejecemos y todos nuestros órganos, sistemas, tejidos van generando cambios a lo largo de la vida que son totalmente naturales, son irreversibles, el envejecimiento es inexorable, es algo que no podemos revertir. El tema es cómo llevamos ese proceso, pero mucha gente asocia el envejecer o la palabra vejez con algo negativo y es lo que tenemos que cambiar, la mirada, la forma de pensar, de sentir y de actuar frente a esa palabra, a ese proceso o a esa etapa de la vida que es la vejez. Y verlo como algo, justamente, una etapa de la vida donde tenemos muchas oportunidades, desafíos, pero también mucha responsabilidad en nuestro autocuidado. Yo siempre digo que el autocuidado es responsabilidad nuestra, de cada persona, pero tenemos que pensar que no solamente es un tema nuestro, sino también es una cuestión de amor, porque cuando nos cuidamos, nosotros cuidamos a los más cercanos, a nuestra familia más cercana, porque si nosotros nos cuidamos y estamos bien, no vamos a depender de que otros nos cuiden. Entonces, también es una manera de cuidar a nuestro entorno, a nuestros hijos, a nuestros cónyuges, a nuestros hermanos.
¿Por qué te enfocasté en este grupo etario desde tu profesión de profesora de educación física? ¿Qué características ves vos que tenés que llegás a las personas mayores?
A mí me encanta el trabajo con las personas mayores. Siento que yo aprendo mucho de cada persona, de cada encuentro, de cada charla, de cada mirada. Respeto y valoro cada historia de vida. Me gusta escuchar a las personas, me gusta saber qué sienten, qué piensan. Y también me gusta entablar una conversación donde yo pueda ayudar a la otra persona. De alguna manera, no solamente desde el ejercicio físico. El ejercicio físico es una herramienta, es un puente. Pero en realidad, detrás de eso, mi mirada es integral. No es solamente el ejercicio físico. Y eso es, creo, lo que yo generé. Esta fórmula, que podríamos decir la fórmula “Rosa Campos”, que es trabajar desde una mirada integral, no solamente desde lo físico y funcional, sino desde lo psíquico, emocional, y sobre todo desde lo vincular y lo social, que para mí es clave. Todo esto tiene que estar integrado en una actividad, en un encuentro, en un espacio donde nos juntamos y donde además hay ejercicios físicos y donde además enseñamos, educamos a las personas en una construcción propia de hábitos saludables, para que esa persona no se cuide o no solamente haga ejercicio con Rosa, sino que lo haga en su vida, que tenga un cambio y una transformación en su estilo de vida.
¿Y lo lográs? ¿Ves resultados?
Permanentemente. Y me llena de satisfacción personal ver todo lo que recibo. Yo doy mucho, doy mucho, doy el 300% en cada encuentro, pero recibo mucho más que 300. Podría decir un número simbólico, pero yo doy mucho, pero recibo triplicado, cuadruplicado, todo lo que recibo. El amor, el cariño, el agradecimiento, la mejoría de las personas, el avance, la evolución de cada persona. Y eso totalmente me lo devuelven y eso a mí me da gran satisfacción personal. Me dan ganas de seguir estudiando, de seguir aprendiendo. Yo digo que todos tenemos como una misión en la vida. Entonces, yo me siento muy feliz de lo que hago, amo mi trabajo y creo que esto de haber unido la educación física, la gerontología, el ejercicio, la medicina, la parte psíquica, la parte emotiva, la empatía, fundamentalmente la empatía, con las personas es una fórmula que es clave, o sea, es algo que es exitoso siempre. No falla.
¿Aún hay prejuicios respecto a que existen límites en cuanto a la edad para hacer algunas cosas, entre ellas, el ejercicio físico?
Sí. Hay muchas personas, inclusive profesionales, que piensan que cuando una persona es mayor es mejor darle algo más pasivo o que no haga tanto esfuerzo y hoy hay un cambio frente a esto, un cambio de paradigma. Se sabe que el músculo es un órgano endócrino y que si uno mejora este músculo a través de la fuerza, del ejercicio de fuerza, por ejemplo, se generan cambios metabólicos, inmunológicos, endócrinos, que cambian la calidad de vida de la persona a medida que va envejeciendo. Si esto no sucede, ese músculo se atrofia, ese músculo genera un aumento en el riesgo de aumento de enfermedades, la posibilidad de tener enfermedades. Entonces, el movimiento es algo natural de todas las personas, es algo que movernos es lo más inherente al ser humano, y estar quieto es lo más antinatural. Por eso, cuando estamos quietos, si estamos mucho tiempo quietos, podríamos decir que entramos en el sedentarismo o la inactividad física, y este sedentarismo e inactividad física es lo que nos termina enfermando. Hoy, en esta sociedad en la que vivimos, que nos invita cada día más a ser sedentarios, las tecnologías, el mal uso de las tecnologías, porque las tecnologías son excelentes. El tema es cómo las usamos, el mal uso, el exceso en las tecnologías, y a eso sumado todo lo que genera la modernidad, el delivery, ya no voy a comprar, prefiero pedir por teléfono. No salgo a caminar porque la inseguridad, porque el esmog, porque los autos, porque el tránsito, todas estas cuestiones del medio ambiente, de las tecnologías, de la inseguridad y también en la construcción de las campañas, de la construcción de hábitos. Todo esto tiene que ver con la salud pública, también la falta de campañas en la salud pública, de promoción de la salud y de prevención de la enfermedad, promoción de hábitos saludables. No vemos campañas donde se le dice a la gente que es importante hacer actividad física, hacer ejercicios multicomponentes, ejercicios que trabajemos todas las capacidades, la capacidad cardiorespiratoria, la fuerza, la flexibilidad, el equilibrio, la coordinación. Todo esto es importante que la gente lo conozca, es importante que la gente sepa que esto no es opcional, que esto es esencial para mejorar la salud y la calidad de vida.
¿Qué casos o momentos difíciles tuviste en tu carrera?
Un caso muy difícil que me tocó, que puedo contar y para mí es algo que me emociona contarlo. Fue algo que atravesamos todos cuando empezó la pandemia. La pandemia fue realmente una crisis. Yo trabajaba en ese momento en el Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, en la Secretaría de Deportes, y tenía a mi cargo la coordinación de los programas de actividad física y deportes para personas mayores. Entonces yo tenía muchos grupos de personas mayores en polideportivos y tenía muchos grupos de WhatsApp. Todas esas personas que concurrían de manera presencial, nos encontrábamos, teníamos una vida muy activa y de mucho encuentro a vincular de un día para otro se terminó. Apareció el miedo, el encerramiento, el aislamiento y yo como profesional especializada,dije algo tengo que hacer con esto. Y tenía muchísima gente que me escribía por WhatsApp, muchísima gente que se enfermó, que empezó a tener trastornos depresivos, muchísima gente que se enfermó por COVID y quedó con secuelas graves. Personas que estaban totalmente aisladas, que sentían gran soledad. Empecé a sentir una gran responsabilidad social, eso para mí fue determinante. Yo dije, tengo que hacer algo con todo este mundo de personas que me atraviesan directamente porque eran mis alumnos, los participantes de todas las actividades que yo coordinaba. Entonces propuse, en la Secretaría de Deportes, un programa de actividad física virtual, cuando nunca en mi vida yo había hecho una actividad virtual. Yo no sabía eso, para mí, imagínate, profe de Educación Física, todo presencial, contacto físico, entonces está muy difícil, pero así todo, dije: lo voy a hacer. Me dieron esa oportunidad en ese momento. Primero se me ocurrió ir por YouTube, a fines de marzo del 2020 estaba empezando a filmar, haciendo mis propios videos de YouTube, pero me di cuenta que mucha gente no tenía en su teléfono la posibilidad de tener YouTube, o no sabían mirar, o no podían acceder, y mucha gente no tenía acceso a YouTube. Gracias que tenían Whatsapp o Facebook. Empecé a averiguar, hice una encuesta con todos mis alumnas y alumnos de todos los grupos y la mayoría me decía que tenía Facebook y tenía Whatsapp. En ese momento empezó a surgir el Zoom, pero la mayoría no solamente no lo tenía, ni siquiera sabía cómo lo usaba. En ese momento yo tampoco sabía cómo lo usaba. Entonces decidí hacer algo rápido y propuse hacer un programa de actividad física para personas mayores tres veces por semana a través de la página de Facebook de la Secretaría de Deportes del Gobierno de la Ciudad que se llama “Deportes B.A”. Al día de hoy esos videos siguen vigentes, hay más de 1.500 clases grabadas, muchísimas personas de toda la Argentina, de todo el país, usan esos videos para hacer clases. Y no solamente personas de la Argentina, sino que lo hacen personas del exterior, lo hacía gente de Tel Aviv, de Israel, de Francia, de España, de Italia, de Uruguay. O sea, hay gente en todas partes del mundo que sigue haciendo mis clases. Eso a mí me enorgulleció tremendamente. Yo no podía creer lo que sucedía en cada clase.
¿Por qué es tan importante toda la tarea de capacitación y difusión que hacés desde tus redes sociales y desde distintos ámbitos académicos sobre longevidad saludable?
Porque cuanto más seamos, más nos fortalecemos y cuando más nos fortalecemos, más personas cambian la forma de mirar, de sentir y de actuar frente al envejecimiento, a la vejez y a las personas mayores, porque todos vamos a ser mayores algún día con suerte y es importante cambiar esta mirada y sentirse orgulloso de envejecer y no verlo como algo necesario.
¿Cómo imaginas tu propia vejez?
Me imagino una vejez activa, activa no solamente desde lo físico, quiero seguir trabajando, quiero seguir saliendo con amigas, con amigos, seguir viajando, seguir teniendo sueños y tener un propósito. Siempre tener un propósito. Y esto, todo lo que yo hago en mis programas, más allá del ejercicio físico, en todos los trabajos pongo esta mirada integral. Siempre digo lo importante que es tener un propósito en la vida. Porque es como nuestra bandera. ¿Hacia dónde vamos? Es la meta que tenemos. Tener un propósito, porque eso es lo que nos marca y nos genera la motivación.
Hoy Rosa reparte sus tareas profesionales en distintas instituciones liderando programas y actividades pero también dando clases ella misma, porque hacer ejercicio físico es su pasión, no lo puede evitar. Su último emprendimiento es la creación, junto a la doctora geriatra Romina Rubien del programa “Salud del Movimiento”, que es un espacio donde se ocupan de mejorar la salud de las personas mayores con apoyo profesional y un entorno motivador y seguro. Funciona en el barrio de Caballito, dos veces por semanas personas de más de 60 años se juntan a realizar clases de ejercicio con acompañamiento personalizado además de un seguimiento médico.
Con pasión, dedicación y convencida de que la actividad física es un pilar fundamental para una vida plena y activa, Rosa se posiciona como una voz autorizada en el ámbito de la educación física y la gerontología, siempre dispuesta a compartir su conocimiento y motivar a otros en el camino hacia una vida más saludable.