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Claudia Baremboim -

Comandante Directora del Cuerpo de Bomberos de la Ciudad de Buenos Aires

destacada Claudia Baremboim
"Comencé cuando era impensado que una mujer llegue a comandante en el Cuerpo de Bomberos"

 

Claudia es Comandante  Directora del Cuerpo de Bomberos de la Ciudad de Buenos Aires, uno de los cargos más altos a los que se puede aspirar en la jerarquía de esa fuerza. Tiene  bajo su control la llamada Zona 1 que incluye 5 estaciones de bomberos en los barrios de Lugano, Barracas, Parque Patricios (con sus destacamentos de Pompeya y La Boca)  y en breve se inaugurará la estación que abarca la Reserva Ecológica y Puerto Madero.  

Claudia se recibió de arquitecta en la Universidad de Buenos Aires a principio de los ´90 para dedicarse a la actividad privada pero a fines de esa década vio un anuncio en el que pedían profesionales para formar parte de la Policía Federal Argentina.  

Que su padre haya pertenecido a esa fuerza, sumado a su vocación de servicio, la motivaron a cambiar de rumbo profesional, aunque estaba casi al límite de la edad para el ingreso y con un hijo chiquito. Para las pruebas físicas que tuvo que rendir su papá la ayudó a prepararse. Así ingresó como oficial ayudante en la Superintendencia Federal de Bomberos, en la División Prevención e Inspecciones. Durante varios años trabajó en las inspecciones técnicas, en la verificación de condiciones contra incendio en edificios de diversos usos, en el estudio de normas y en la evaluación de proyectos en inmuebles ajustados a las normativas de la Ciudad de Buenos Aires. 

“En esa época las mujeres que pertenecían a Bomberos eran administrativas, primero entramos las profesionales, la primera fue una licenciada en Química en 1998, en 1999 entramos dos arquitectas. Bomberos era aún más cerrado que la policía, eran carreras que culturalmente estaban asociadas a los hombres”, recuerda Claudia. 

En el 2017, cuando se comienza a concretar el traspaso de los policías federales que trabajaban en el ámbito de la Ciudad a la Policía de la Ciudad, Claudia encara ese camino y pasa a ser parte del Cuerpo de Bomberos de la Ciudad de Buenos Aires (dependiente del Ministerio de Justicia y Seguridad de CABA) como capitán, a cargo de la Oficina Inspecciones. 

Es así que a fuerza de voluntad, formación, capacitaciones de todo tipo y exámenes para ascender en el escalafón policial Claudia logró convertirse en subcomandante, su actividad profesional se incrementó y comenzó a cubrir más áreas que involucraban asesorar a organismos oficiales y privados sobre prevención contra incendios, elaboró informes para distintas áreas del Gobierno de la Ciudad sobre la seguridad contra incendios, así como para eventos deportivos en estadios, eventos masivos, festivales, recitales, exposiciones etc. 

Durante la pandemia se desempeñó como subcomandante segundo en la estación VII de Flores, luego se convirtió en comandante jefe de la estación X en Lugano. En las estaciones debía conducir la logística y operatividad de los bomberos para proteger a las personas, no solo se trataba de prevenir y apagar incendios sino también de intervenir en otros tipos de siniestros: inundaciones, accidentes y catástrofes,  auxiliar a las víctimas y paliar sus consecuencias.

Hoy comanda a 340 bomberos hombres y mujeres, sus principales tareas tienen que ver con la gestión, inspeccionar cada estación, bajar órdenes, comunicar a los jefes el funcionamiento de su zona y fiscalizar esas órdenes. Además fue designada como Jefe de servicio referente de género para acompañar el desarrollo de políticas de género dentro del Cuerpo de Bomberos, con el objetivo de prevenir y erradicar la violencia de género en el ámbito laboral.

¿Cómo recordás los inicios de tu carrera en la fuerza policial?

Ingresé a la escuela de cadetes, ahí estuve un año internada. Me costó un poco, porque yo tenía un hijo ya de dos años, por lo cual se me hizo un poco más complicado, pero también tenía el apoyo de mis padres. Cuando nos recibimos los que éramos profesionales íbamos a áreas técnicas así que mi carrera empezó en la oficina de Prevención, dedicada al estudio de los códigos de edificación y normativas. Yo venía con la base de la facultad pero esto me pareció algo más interesante: brindar un servicio a la comunidad como arquitecta. En esta carrera está implícita la vocación de servicio. Respecto a lo que es la prevención contra incendios en instalaciones y en edificios, y en cómo estaba preparada la ciudad aprendí un montón, incorporé muchos conocimientos haciendo, en las inspecciones, ver el antes y después del incendio, eso es movilizador también. Participé en algunas normativas como asesora del Cuerpo de Bomberos, que en ese entonces era superintendencia, pasamos momentos difíciles como fue época de Crogmanon (tragedia con 194 muertos por un incendio producido 30 de diciembre de 2004 en República Cromañón, establecimiento bailable ubicado en el barrio de Once). Luego pasé al área de  inspecciones ahí verificaba el cumplimiento de la normativa vigente en instalaciones. Todo esto acompañado de constantes capacitaciones para realizar los cursos de ascenso porque cada 3 o 4 años vamos ascendiendo al pasar un examen. Cuando pasé como segunda jefa de la estación VII de Flores en plena pandemia, fue una experiencia distinta, hasta las intervenciones profesionales cambiaron, bajaron las intervenciones por incendio pero subieron los accidentes de tránsito y de accidentes domésticos como alimentos en cocción. En Flores vienen conmigo 17 mujeres, que ya empezaban a salir en dotación, se empezó a enfocar en que la mujer tenga más protagonismo en las intervenciones. Hoy, por ejemplo, ya tenés en casi todos los cuarteles una mujer chofer.  Luego ascendí a jefa de la estación X de Lugano, ahí el cuartel lo manejaba yo,  administrativamente, los recursos humanos más la parte operativa. Tenía un segundo jefe hombre, que le costaba un poco tener una mujer que le órdenes, al no estar acostumbrado al principio fue raro, por suerte nos pudimos amoldar bien, entendió las reglas del juego, pero me han llegado a decir “el día que yo tenga una jefa mujer me pido el retiro”, luego no lo hacen.

¿Cómo son las dotes de liderazgo que tenés para ocupar esos lugares?

Las fui teniendo a medida que fui ascendiendo en la carrera, la edad y la preparación tiene mucho que ver, empezás a aplicar todo eso y a elegir la forma en que querés liderar, para mi es importante trabajar en equipo a pesar de que existen las jerarquías, que hay que respetarlas, es importante el trabajo de la escucha, si te traen un proyecto analizarlo. 

Hay una intergeneracionalidad en el cuartel, bomberos de diferentes edades ¿Cómo llevás eso?

Es un ida y vuelta con la juventud, escuchar cómo piensan y tratar de innovar desde nuestro papel de jefe,  tratar de ver cómo llegar a los bomberos nuevos, no todo es el mando y la jerarquía, hay distintas formas, ahora que se usa la gobernanza, acá cuesta, y más si es una mujer, les cuesta escuchar hasta que lo piensan y dicen: tengo que cambiar. Pero las generaciones más jóvenes son totalmente distintas. La relación es de trabajo, con respeto, y con ellos aprendés un montón. Yo veo que todo está cambiando mucho, siempre profesionalizando, ahora se hizo  la carrera de protección contra incendios, muchos de los jefes son docentes ahí, y le dan una mirada más profesional. 

¿Cuál es la importancia del entrenamiento físico en este trabajo?

El entrenamiento físico va por edades, cada vez que ascendés te toman pruebas físicas,  yo personalmente voy al gimnasio para entrenar, los equipos pesan, por ejemplo los equipos respiratorios, la manga, si bien ahora no entro a incendios o intervenciones pero si lo tengo que hacerlo estoy en condiciones.

¿Es un trabajo donde siempre hay situaciones nuevas?

Nunca sabes qué va a pasar, me han tocado intervenciones raras, como bidones frente a supermercados chinos en la época de la mafia china, hasta un salvamento de un gatito en el que vino la asociación de defensa del animal pidiendo que no lastimemos al gato. Hay que estar preparados para la primera intervención hasta que llegue la ambulancia, porque generalmente siempre llegan primero los bomberos. Nos llaman para todo, cuando se corta la luz, el agua, fugas de gas, personas que sus parientes no abren o no los atienden, ascensores detenidos.

¿Qué experiencia insólita recordas?

Me pasaba más en las inspecciones cuando estaba todo el día en la calle, que indicaba que arreglos tenían que hacer y me decían que era una pavada, una vez se prendió fuego el mismo detector de fuego porque estaba mal hecha la conexión. En una inspección, vi una ciudad armada dentro de un galpón, vi cosas que nunca había imaginado.

¿Te encontraste con momentos difíciles o situaciones que te conmovieron?

Siempre te encontrás, en Lugano llegó una vecina con el nene de 2 años en brazos inconsciente, le hicimos todo el seguimiento, luego te vienen a agradecer y es movilizante. Uno de los hechos más fuertes que me tocó vivir fue Cromagnon.

¿Te desconectás en algún momento del trabajo?

Yo estoy 24 por 7, me voy a las 8 de la noche y si hay algo urgente me llaman, igual los fines de semana. Todas las novedades llegan a mi todo el tiempo. Tenés que estar muy pendiente, y tenés que ser muy resolutivo. 

¿Cómo lidias con un trabajo de tanta responsabilidad y con el estrés que puede producir?

Ahora estoy más tranquila, el Gobierno de la Ciudad nos pone Capital Humano, que brinda apoyo, hacemos mentoreo, y la verdad me vino bárbaro, me anoté en una charla del centro de psicólogos del Ministerio de Seguridad sobre manejo de estrés. El mentoreo me sirvió para ubicarme en cómo tengo que trabajar en mi lugar, y qué es lo correcto y lo que tengo que hacer. Además ahora está muy en boga el coaching y eso lo sigo. 

Y también están los protocolos que tienen que seguir. 

Si, pero a veces cuando tenés que actuar inmediatamente cada caso es distinto. …..

¿Qué es lo que más te gusta del trabajo?

Todo porque de todo aprendés, igual despotrico (se rie). Me gusta guiar a los más jóvenes. 

¿Qué es lo que menos te gusta o fastidia del trabajo?

No soy de fastidiarme pero si me gusta que me escuchen,  que me tengan en cuenta con mis proyectos e ideas, ahora viene la Junta de calificaciones donde no hay mujeres, así que espero ser parte de esa Junta, porque la mirada de la mujer es distinta que la del hombre y la Junta evalúa también a las mujeres. Es parte de la necesidad de participar y dar lugar a las que vienen atrás.

¿Cómo evalúas hoy tu carrera? 

Tengo 25 años de servicio, yo lo que hice fue paso por paso, comencé cuando era impensado que una mujer llegue a comandante en este Cuerpo, pero llegué hasta acá y quiero dejar lo más que pueda a las que vienen atrás, para esta jerarquía les faltan dos años recién están ascendiendo a la anterior, hay un bache, porque empezamos mucho después que los hombres, hoy el 30% son mujeres en el Cuerpo de Bomberos.

¿Cuáles crees que fueron tus méritos para llegar a este lugar de mando?

Primero que me gusta estudiar, capacitarme, aprender, no solo de los libros sino del hacer, no solo se aprende de los incendios, también de la gente, de los mismos jefes. También me gusta ser innovadora en las prácticas de trabajo. Acá venimos con una formación en donde el jefe es el que manda y trabajar en equipo es complicado y en un cuartel el trabajo en equipo es fundamental. El espíritu del cuerpo es el trabajo en equipo, y me gustaría que todas las áreas estén más integradas.

Cuando empezaste ¿te imaginaste llegar a este lugar?

La máxima jerarquía a la que podía aspirar era capitán (principal), llegar a un puesto de toma decisión era impensado.  

¿Y cuándo te diste cuenta que podías lograrlo?

Todos los años,  a medida que van pasando, uno lo va evaluando constantemente, tiene que ver con el día a día, y tratar de pasarla. Además tuve mucho apoyo de mi familia y eso me ayudó un montón, ellos vivieron conmigo la carrera y los problemas. He llegado a decir “me quiero ir”, a veces decir “no puedo con esto”. Las mujeres estamos acostumbradas a siempre tener que estar demostrado, dando examen. Yo resuelvo, hoy me siento respetada, pero me tengo que imponer.

¿Qué viste que le sumaron las mujeres al Cuerpo de Bomberos?

Las mujeres desde algunos puntos de vista tienen más empatía que los hombres, son más resolutivas, son más animadas, les encanta salir a los incendios. Las mujeres escuchan más y apuntalan. En las intervenciones se las precisa mucho. Yo las veo siempre dispuestas e impecables. 

¿Cuáles son tus desafíos y sueños?

Dejar algo, guiar a una forma de trabajo más amplia,  con una mirada de 360 grados, estudiar una intervención, sentarnos a ver en qué nos equivocamos y qué podemos corregir. En el tema de género para las que vienen quiero terminar bien el protocolo para que todas sepan cómo actuar el día de mañana, y  para darle las herramientas a los jefes que están porque ellos las necesitan. Me gustaría lograr que digan “cómo cambió cuando hubo una jefa mujer que impulsó esto” y entusiasmar a las chicas más jóvenes que vean que puedan llegar, que no es tan difícil.

Fotos por Guillermo Monteleone